
Cómo trabajar el sueño en tu empresa (y por qué deberías hacerlo)
Por: Silvia Gismera Neuberger, Dra. Psicología y CEO de Dormirmejor
En los últimos años, el sueño ha dejado de ser un asunto privado para convertirse en un tema estratégico dentro del ámbito laboral. Al igual que la alimentación o la actividad física, un buen sueño es esencial para la salud integral de las personas, que indudablemente repercute en el rendimiento y funcionamiento de las empresas. Por qué el sueño debe formar parte de las políticas de salud laboral, cómo evaluar su estado entre los trabajadores. y qué tipos de acciones pueden implementarse para promover un sueño saludable, favoreciendo así el bienestar y el rendimiento profesional, son los temas que trataremos.
¿Es necesario abordar el sueño en mi empresa?
Esta es la primera pregunta que toda empresa debería plantearse, y a partir de ella tomar decisiones fundamentadas. Pero antes de nada, hay que dejar claro que el abordaje del sueño, como pilar fundamental de la salud, forma parte de la promoción de la salud, y por supuesto se integra también dentro de los planes de salud y bienestar corporativos, además de que los trastornos de sueño, son problemas de salud que afectan directamente al desempeño laboral.
Incluso sin conocer con precisión el estado de la salud del sueño en la plantilla, el sueño puede comenzar a trabajarse a través de acciones de sensibilización, como paso previo a un programa corporativo más completo y estructurado.
Sin embargo, evaluar cómo duermen los trabajadores, mediante los numerosos instrumentos existentes, muchos de ellos accesibles y fáciles de incorporar en revisiones rutinarias, pueden ofrecer información sumamente valiosa para tomar decisiones, y también poder valorar nuestras acciones a posteriori.
Incluso encuestas acerca de los intereses formativos, dentro de los programas de salud y bienestar, pueden ayudarnos a identificar las necesidades reales del personal. Tener una visión clara del estado del sueño, así como de las inquietudes y prioridades de los trabajadores, constituye un primer paso crucial para orientar las acciones y decidir cómo abordar el sueño dentro de la empresa.
¿Cómo trabajar el sueño?
Una vez evaluada la situación, o al menos conocidas las necesidades y motivaciones de los trabajadores, es el momento de actuar y definir las acciones que se van a implementar, que son habitualmente de carácter formativo.
En este sentido, es posible actuar en diferentes niveles, desde propuestas formativas de corta duración hasta programas más amplios, con contenidos educativos y con actividades que, además de brindar información, proporcionen herramientas y técnicas específicas para el autocuidado del sueño.
La elección del formato dependerá tanto de las necesidades detectadas, como lógicamente de las posibilidades y recursos disponibles por parte de la empresa.
A grandes rasgos, podemos distinguir tres niveles de intervención formativa:
- Charlas informativas de sensibilización, orientadas a divulgar conocimientos básicos sobre el proceso del sueño, su relación con la salud física y emocional, y a desmitificar ideas erróneas o falsas creencias todavía muy extendidas. Este es el nivel más elemental, pero constituye la base para cualquier acción posterior.
- Talleres o programas para “Dormir mejor”, en los que además de una formación en higiene del sueño, se capacita a los trabajadores con recursos prácticos a fin de que adquieran buenos hábitos y estrategias que favorezcan un sueño de cantidad y calidad suficiente. Aunque trastornos del sueño muy comunes, como el insomnio, requieren intervención específica (farmacológica y no farmacológica), problemas leves, y su prevención, dependen de una adecuada educación en higiene del sueño, lo que la convierte en un componente clave en cualquier enfoque integral.
- Talleres específicos dirigidos a colectivos concretos, como pueden ser talleres para personas que trabajan a turnos, o sesiones centradas en la gestión del jet lag para profesionales que viajan con frecuencia a destinos de larga distancia. Estos espacios permiten adaptar los contenidos a situaciones particulares que requieren un enfoque diferenciado.
Todas estas acciones pueden llevarse a cabo de forma aislada (solo charla de sensibilización) o combinarse perfectamente dentro de una empresa, atendiendo al perfil del personal (charla de sensibilización general y taller de turnicidad para los trabajadores nocturnos, por poner algún ejemplo)
…Fomentar una cultura del buen dormir dentro de la empresa no solo mejora la salud y la calidad de vida del personal, sino que también se traduce en mayor productividad, reducción del absentismo, siniestralidad y un mejor clima laboral
Además de esas propuestas, desde la empresa pueden derivarse los trastornos específicos a unidades de sueño, por ejemplo las apneas detectadas. Y también derivar a los PAE, si se dispone de este servicio, aquellos casos de insomnio para que inicien el abordaje no farmacológico CBT-I (tratamientos incluso grupales), en determinados casos en colaboración con los servicios médicos, cuando se requiera complementar con farmacología. Son muchas y variadas las propuestas que pueden hacerse en este sentido, según los medios disponibles.
Abordar el sueño de los trabajadores es una inversión en su salud y por ende en la empresa. Fomentar una cultura del buen dormir dentro de la empresa no solo mejora la salud y la calidad de vida del personal, sino que también se traduce en mayor productividad, reducción del absentismo, siniestralidad y un mejor clima laboral. Conocer el estado del sueño en la plantilla, identificar sus necesidades y ofrecer formación adecuada son pasos fundamentales para construir entornos laborales más saludables, sostenibles y centrados en las personas.
Dra. Silvia Gismera Neuberger, CEO de Dormirmejor, especialista en formación sobre sueño saludable en el entorno laboral. Doctora en Psicología de la Salud, docente del Máster de Medicina del Sueño de TECH, y diseñadora de programas corporativos de sueño orientados al bienestar y la productividad en empresas.